A caballo entre Europa y Asia, Turquía es un incomparable cruce de culturas que te sacará de tu zona de confort y hará que tus viajes sean aún más fascinantes.
El país se caracteriza por sus paisajes salvajes de una belleza natural única atravesados por carreteras, castillos y monasterios. Podrás comprobarlo si decides alojarse al aire libre, montando tu tienda de campaña en el cálido verano o alquilando un chalet rústico de madera.
Si quieres relajarte y practicar deportes acuáticos, te recomendamos que establezcas tu base cerca de las paradisíacas playas de las costas del Egeo y el Mediterráneo, entre Mugla, Antalya y Mersin.
Por otro lado, si te alojas cerca de Estambul, podrás sumergirte en la cultura de esta vibrante y diversa ciudad, visitar sus museos y templos, explorar los mercados, y disfrutar de la rica gastronomía y el tradicional café turco.
Para perderte en la naturaleza y desconectar de la rutina por completo, opta por un camping en el mar Negro, así te alojarás entre ríos, cascadas y frondosos bosques. Escojas lo que escojas, ¡no te olvides de seguir la pista de los emblemáticos globos aerostáticos al atardecer!
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